En un contexto de creciente preocupación ambiental, el sector de la construcción se enfrenta a un desafío crucial: reducir su impacto ecológico sin comprometer su papel como motor económico global. Representando el 32% del consumo energético mundial y generando cerca del 34% de las emisiones globales de CO₂, la construcción emerge como un actor central en la lucha contra el cambio climático.
Iniciativas como el Pacto Verde Europeo subrayan la urgencia de transformar la industria constructiva en un ámbito más sostenible, desde su diseño hasta su desmontaje. En conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, Sto Ibérica presenta siete estrategias clave para minimizar la contaminación durante las obras.
La gestión del agua es un punto crítico, dado su uso intensivo en el sector. Medidas como la reutilización del agua y la selección de productos que requieran menos consumo son vitales para controlar el impacto en los acuíferos.
El transporte y la maquinaria de obra contribuyen significativamente a las emisiones contaminantes. Optar por equipos eléctricos o híbridos y planificar los desplazamientos de forma eficiente son pasos fundamentales para reducir la huella de carbono.
La gestión de residuos es otro tema prioritario. Adoptar prácticas de economía circular, como reutilizar materiales sobrantes, puede disminuir el volumen de desechos generados.
La industrialización del proceso constructivo también ofrece beneficios sustanciales. Al prefabricar elementos en entornos controlados y ensamblarlos en el sitio, se mejora la precisión, se reducen los residuos y se minimiza el uso de recursos.
A esto se suma la digitalización mediante herramientas BIM, que permiten prever problemas y optimizar recursos antes de iniciar obras, además de facilitar el monitoreo ambiental en tiempo real.
La formación del personal es esencial para el éxito de estas estrategias. Concienciar a los trabajadores sobre prácticas sustentables y seguridad ambiental asegura una implementación efectiva.
Finalmente, la rehabilitación se presenta como una alternativa más sostenible frente a la construcción nueva. Dada la baja tasa de renovación y la alta ineficiencia energética del parque inmobiliario español, enfocarse en la rehabilitación es no solo una opción deseable, sino necesaria.
Estas medidas, combinadas, no solo prometen un futuro más sostenible para la construcción, sino que también invitan a una reflexión más amplia sobre cómo el sector puede seguir impulsando el crecimiento sin comprometer el bienestar del planeta.