Vivir es ser dueño de los cambios propios
De un ser que se limita a ser extenso y a existir apenas, sin ninguna otra peculiaridad, no obtiene la inteligencia más que la idea de la inercia, de la inacción sobre otros y sobre sí. Pero sucede que también obtiene su opuesto, la idea de acción, como de la noción de la mano izquierda pasa a la de la