En el dinámico panorama gastronómico de Madrid, donde decenas de establecimientos cierran sus puertas anualmente, La Tahona, del Grupo Asador de Aranda, celebra cuatro décadas de éxito. Inaugurado en 1985 en el corazón empresarial de la Castellana, este restaurante ha sobrevivido a los cambios del sector y sigue siendo un pilar de estabilidad en la capital española.
En sus inicios, La Tahona atendía más de 11.500 comidas mensuales. Hoy, el restaurante se enfoca en una clientela diversa que incluye familias, turistas y corporativos, alcanzando casi 30.000 servicios al año. A pesar de este crecimiento, el equipo del restaurante ha mantenido su tamaño original de 18 empleados, un enfoque poco común que, según Javier Palomero, presidente y consejero delegado del grupo, es esencial para su propuesta de valor: “La atención al cliente no se puede improvisar”.
El Grupo Asador de Aranda ha demostrado su solidez al cerrar 2024 con una facturación de 32 millones de euros, un incremento del 14 % respecto al año anterior. Este éxito se debe a una estrategia basada en la calidad del producto, la experiencia del cliente y un control operativo riguroso. La carta de La Tahona se destaca por sus platos cocinados con ascuas de encina y el cordero lechal de raza churra, provenientes de Burgos y Segovia.
El establecimiento, construido con piedra de Hontoria y vigas del monasterio de Silos, es un tributo a la durabilidad y el diseño patrimonial. Sus vidrieras artesanales, creadas por el maestro José González, son un sello distintivo que refuerza su identidad.
Aunque el Grupo Asador de Aranda ha expandido su presencia internacionalmente, La Tahona permanece como un punto exclusivo en Madrid, ofreciendo una experiencia diferenciada y de alta calidad. Este enfoque ha sido recompensado con el Premio LITO al Mejor Restaurante de Madrid en 2024, consolidando su reputación en la escena local.
La propuesta de La Tahona desafía las tendencias de reinvención, priorizando la perfección de su oferta tradicional. “El reto es mantenerse fiel a lo que funciona”, concluye Palomero. Esta dedicación a la calidad y la autenticidad es lo que ha permitido a La Tahona mantenerse en pie durante 40 años, convirtiéndose en un referente de la restauración madrileña.


