En el corazón de Majadahonda se erige Lazzaroni, un rincón culinario que ha capturado la esencia de las trattorias italianas auténticas, brindando a sus visitantes un viaje sensorial directo al cálido y rico panorama gastronómico de Italia. En una ciudad inundada de ofertas gastronómicas, Lazzaroni ha logrado destacarse por su compromiso inquebrantable con la autenticidad y la calidad, bajo la emblemática promesa de una «cucina fatta in casa».
La verdadera alma de Lazzaroni radica en su meticulosa selección de ingredientes, que llegan a sus cocinas desde pequeños productores italianos, asegurando que cada bocado sea un verdadero reflejo de la tierra mediterránea. Dario D’Errico, director del restaurante, lo resume con orgullo: «No buscamos atajos, usamos ingredientes italianos de primera, muchos importados directamente de pequeños productores. Un buen restaurante italiano respeta la tradición y los ingredientes».
Dentro de este templo de sabores, los tomates San Marzano emergen como el corazón de sus salsas, brindando su dulzura y baja acidez que los hacen insustituibles. La pasta, proveniente de Abruzzo, se elabora con trigo duro de máxima calidad, mientras que el Parmigiano Reggiano de Emilia-Romagna corona los platos con su sabor incomparable.
El menú de Lazzaroni es un recorrido culinario que abarca de norte a sur del país, con clásicos que incluyen la icónica Pizza Margherita adornada con mozzarella di bufala, la refinada Tagliatelle al Bronzo con salsa de trufa, y la suave Burrata acompañada por mermelada de tomate San Marzano. Sin embargo, es el Risotto ai Funghi Porcini el que se lleva todos los honores, fusionando boletus, salsa de trufa negra y virutas de parmesano en una sinfonía de sabor.
Con una misión clara de ser un baluarte de la cocina italiana genuina, Lazzaroni se aparta de la tendencia de ajustar sus recetas al gusto internacional, manteniendo firme su esencia tradicional. Mirando al futuro, el restaurante aspira a expandirse, soñando con transportar a sus comensales a Italia, sin importar en qué parte del mundo se encuentren. En Lazzaroni, cada visita es una oportunidad de reconectar con las raíces y tradiciones culinarias que definen a Italia, ofreciendo una experiencia que va más allá del simple acto de comer.
