En el contexto del proyecto multidisciplinar CaMBIOAT, un grupo diverso de profesionales, que incluye pacientes, oncólogos, enfermeros, psicooncólogos y farmacéuticos hospitalarios, ha identificado un total de 28 barreras que afectan la adherencia al tratamiento en pacientes con cáncer de mama. El proyecto destaca la necesidad de establecer protocolos estandarizados, proporcionar apoyo psicooncológico continuo y desarrollar estrategias de seguimiento, con el objetivo de mejorar la continuidad de los tratamientos.
El cáncer de mama sigue representando un desafío significativo en términos de salud, impacto social y emocional, siendo el cáncer más frecuente entre las mujeres en España. Estimaciones indican que para 2025 se diagnosticarán más de 37,000 nuevos casos en el país. A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento que han incrementado la supervivencia, la falta de adherencia al tratamiento se mantiene como un problema considerable, según advierte la Organización Mundial de la Salud. Aproximadamente un 33% de las pacientes no sigue correctamente el tratamiento endocrino después de cirugía, radioterapia o quimioterapia al cabo de cinco años, y la adherencia se reduce más de un 25% entre el primer y quinto año post-diagnóstico.
Con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Adherencia Terapéutica, se lanzó el proyecto «CaMBIOAT, Cáncer de Mama: Barreras e Intervenciones Omnicanal para un cambio en la Adherencia Terapéutica». Esta iniciativa, que cuenta con la colaboración de entidades científicas y de salud como FECMA, SEEO, SEOM, GEICAM, SOLTI y la SEFH, bajo el auspicio de Lilly, propone soluciones innovadoras para las barreras identificadas, que abarcan desde lo clínico hasta lo psicológico, social y económico.
Entre los obstáculos específicos al paciente se encuentran la baja percepción de la necesidad del tratamiento, deficiencias en la comunicación ajustada al perfil educativo del paciente, dificultad de acceso a profesionales sanitarios, sentimientos de culpa al confesar problemas y condiciones de salud mental como la ansiedad o depresión. En términos del sistema sanitario, se identifican la sobrecarga asistencial, acceso desigual a recursos según la comunidad autónoma y la carencia de programas estructurados de seguimiento.
Los expertos subrayan la crucial importancia de un enfoque multidisciplinario, que incluya información clara y adaptada, detección temprana de efectos secundarios y cooperación entre diversos profesionales de la salud. El proyecto sugiere medidas como el uso de materiales educativos visuales, aplicaciones digitales de apoyo, programas de soporte psicológico continuado, y sesiones educativas presenciales y en línea. Además, se pone de relieve el papel crucial de la enfermería oncológica en la educación personalizada, el seguimiento y la comunicación terapéutica, así como del farmacéutico hospitalario en el análisis de interacciones y el apoyo en términos de cumplimiento terapéutico. Este enfoque colaborativo se considera esencial para asegurar la continuidad del tratamiento, optimizar los resultados clínicos y mejorar la calidad de vida de las pacientes.

