
Sobre el origen y causa de las revoluciones
las revoluciones no son el producto de la opresión extrema, sino de la tensión entre el ascenso de las expectativas y su súbita frustración; se mueven entre la esperanza y el desencanto
las revoluciones no son el producto de la opresión extrema, sino de la tensión entre el ascenso de las expectativas y su súbita frustración; se mueven entre la esperanza y el desencanto
Otra ventaja es la innovación continua. Un mercado libre fomenta la competencia entre actores económicos, incluidos aquellos que desarrollan y utilizan IA. Esto incentiva la creación de algoritmos más avanzados y mejores servicios.
De un ser que se limita a ser extenso y a existir apenas, sin ninguna otra peculiaridad, no obtiene la inteligencia más que la idea de la inercia, de la inacción sobre otros y sobre sí. Pero sucede que también obtiene su opuesto, la idea de acción, como de la noción de la mano izquierda pasa a la de la
Me propongo exponer en qué consiste vivir, pero antes tengo que decir en qué no consiste: en no ser capaz de cambiar de estado. Ser algo es lo mismo que cambiar. Toda existencia es devenir. Mas no toda existencia es igual. Tiene que haber diferentes modalidades del devenir y diferentes modalidades de la acción. Dos hay que, siendo tal vez
Lo improbable sucedió. Hace unos cinco mil o diez mil millones de años -este margen de años es irreductible por ahora- una masa gaseosa, esférica e incandescente rotaba sobre sí misma. Estaba compuesta de átomos libres, siendo los de hidrógeno los más abundantes. Cuando la mayor parte de éstos gravitó hacia el centro de la esfera, se formó el Sol
La vida, o capacidad de moverse por sí mismo, no tenía prácticamente ninguna posibilidad de hacer acto de presencia en este universo tal como lo describen las ciencias físicas[i]. La probabilidad de que algún átomo de esa suma que alcanza la cifra de un diez seguido de setenta y ocho ceros empiece a formar parte de un ser animado no
Una multitud de partículas conforman el árbol. Cuando llegue la hora de que se dispersen habrá desaparecido el árbol, no ellas, que han sido partes importantes suyas, la materia configurada o animada que fue. Ellas seguirán existiendo como si nada hubiera ocurrido. ¿Qué habrá desaparecido? Nada, diría el viejo Demócrito. Se ha volatilizado una apariencia de ser, una composición casual
La teoría de lo grande, lejos de contradecir a la anterior, que expliqué sucintamente en un artículo precedente, la complementa al afirmar que el universo se encuentra en un estado de violenta explosión. Como consecuencia, las galaxias se alejan unas de otras a velocidades cercanas a la de la luz, según la explicación del Big Bang. Dentro de las galaxias,
La teoría del Big Bang, si bien guarda una tenue similitud con la cosmogonía estoica, es en realidad su opuesto; ningún modelo antiguo, ni siquiera el atomista, se asemeja al actual. Aunque Descartes y Galileo fueron precursores necesarios, sus escritos no vislumbraban el concepto de universo que las ciencias físicas modernas han transformado desde la raíz, revolucionando la visión tanto
Este vasto mundo, tal vez infinito, que otrora llamaron “la creación” los que creyeron en un propósito trascendente, se inició por virtud de un acontecimiento colosal ocurrido hace entre diez mil y veinte mil millones de años. La narración que desentraña su origen no palidece en magnificencia frente a las antiguas cosmogonías: los estoicos, por ejemplo, imaginaron el cosmos avanzando
las revoluciones no son el producto de la opresión extrema, sino de la tensión entre el ascenso de las expectativas y su súbita frustración; se mueven entre la esperanza y el desencanto
Otra ventaja es la innovación continua. Un mercado libre fomenta la competencia entre actores económicos, incluidos aquellos que desarrollan y utilizan IA. Esto incentiva la creación de algoritmos más avanzados y mejores servicios.
De un ser que se limita a ser extenso y a existir apenas, sin ninguna otra peculiaridad, no obtiene la inteligencia más que la idea de la inercia, de la inacción sobre otros y sobre sí. Pero sucede que también obtiene su opuesto, la idea de acción, como de la noción de la mano izquierda pasa a la de la
Me propongo exponer en qué consiste vivir, pero antes tengo que decir en qué no consiste: en no ser capaz de cambiar de estado. Ser algo es lo mismo que cambiar. Toda existencia es devenir. Mas no toda existencia es igual. Tiene que haber diferentes modalidades del devenir y diferentes modalidades de la acción. Dos hay que, siendo tal vez
Lo improbable sucedió. Hace unos cinco mil o diez mil millones de años -este margen de años es irreductible por ahora- una masa gaseosa, esférica e incandescente rotaba sobre sí misma. Estaba compuesta de átomos libres, siendo los de hidrógeno los más abundantes. Cuando la mayor parte de éstos gravitó hacia el centro de la esfera, se formó el Sol
La vida, o capacidad de moverse por sí mismo, no tenía prácticamente ninguna posibilidad de hacer acto de presencia en este universo tal como lo describen las ciencias físicas[i]. La probabilidad de que algún átomo de esa suma que alcanza la cifra de un diez seguido de setenta y ocho ceros empiece a formar parte de un ser animado no
Una multitud de partículas conforman el árbol. Cuando llegue la hora de que se dispersen habrá desaparecido el árbol, no ellas, que han sido partes importantes suyas, la materia configurada o animada que fue. Ellas seguirán existiendo como si nada hubiera ocurrido. ¿Qué habrá desaparecido? Nada, diría el viejo Demócrito. Se ha volatilizado una apariencia de ser, una composición casual
La teoría de lo grande, lejos de contradecir a la anterior, que expliqué sucintamente en un artículo precedente, la complementa al afirmar que el universo se encuentra en un estado de violenta explosión. Como consecuencia, las galaxias se alejan unas de otras a velocidades cercanas a la de la luz, según la explicación del Big Bang. Dentro de las galaxias,
La teoría del Big Bang, si bien guarda una tenue similitud con la cosmogonía estoica, es en realidad su opuesto; ningún modelo antiguo, ni siquiera el atomista, se asemeja al actual. Aunque Descartes y Galileo fueron precursores necesarios, sus escritos no vislumbraban el concepto de universo que las ciencias físicas modernas han transformado desde la raíz, revolucionando la visión tanto
Este vasto mundo, tal vez infinito, que otrora llamaron “la creación” los que creyeron en un propósito trascendente, se inició por virtud de un acontecimiento colosal ocurrido hace entre diez mil y veinte mil millones de años. La narración que desentraña su origen no palidece en magnificencia frente a las antiguas cosmogonías: los estoicos, por ejemplo, imaginaron el cosmos avanzando